lunes, 15 de marzo de 2010

Miguel Hernández - Hijo de la luz y de la sombra



Miguel Hernández - Hijo de la luz y de la sombra

Eres la noche, esposa: la noche en el instante
mayor de su potencia lunar y femenina.
Eres la medianoche: la sombra culminante
donde culmina el sueño, donde el amor culmina.

Forjado por el día, mi corazón que quema
lleva su gran pisada del sol adonde quieres,
con un sólido impulso, con una luz suprema,
cumbre de las montañas y los atardeceres.

Daré sobre tu cuerpo cuando la noche arroje
su avaricioso anhelo de imán y poderío.
Un astral sentimiento febril me sobrecoge,
incendia mi osamenta con un escalofrío.

El aire de la noche desordena tus pechos,
y desordena y vuelca los cuerpos con su choque.
Como una tempestad de enloquecidos lechos,
eclipsa las parejas, las hace un solo bloque.

La noche se ha encendido como una sorda hoguera
de llamas minerales y oscuras embestidas.
Y alrededor la sombra late como si fuera
las almas de los pozos y el vino difundidas.

Ya la sombra es el nido cerrado, incandescente,
la visible ceguera puesta sobre quien ama;
ya provoca el abrazo cerrado, ciegamente,
ya recoge en sus cuevas cuanto la luz derrama.

La sombra pide, exige seres que se entrelacen,
besos que la constelen de relámpagos largos,
bocas embravecidas, batidas, que atenacen,
arrullos que hagan música de sus mudos letargos.

Pide que nos echemos tú y yo sobre la manta,
tú y yo sobre la luna, tú y yo sobre la vida.
Pide que tú y yo ardamos fundiendo en la garganta,
con todo el firmamento, la tierra estremecida.

El hijo está en la sombra que acumula luceros,
amor, tuétano, luna, claras oscuridades.
Brota de sus perezas y de sus agujeros,
y de sus solitarias y apagadas ciudades.

El hijo está en la sombra: de la sombra ha surtido,
y a su origen infunden los astros una siembra,
un zumo lácteo, un flujo de cálido latido,
que ha de obligar sus huesos al sueño y a la hembra.

Moviendo está la sombra sus fuerzas siderales,
tendiendo está la sombra su constelada umbría,
volcando las parejas y haciéndolas nupciales.
Tú eres la noche, esposa. Yo soy el mediodía.

II

( Hijo de la luz )

Tú eres el alba, esposa: la principal penumbra,
recibes entornadas las horas de tu frente.
Decidido al fulgor, pero entornado, alumbra
tu cuerpo. Tus entrañas forjan el sol naciente.

Centro de claridades, la gran hora te espera
en el umbral de un fuego que al fuego mismo abrasa:
te espero yo, inclinado como el trigo a la era,
colocando en el centro de la luz nuestra casa.

La noche desprendida de los pozos oscuros,
se sumerge en los pozos donde ha echado raíces.
Y tú te abres al parto luminoso, entre muros
que se rasgan contigo como pétreas matrices.

La gran hora del parto, la más rotunda hora:
estallan los relojes sintiendo tu alarido,
se abren todas las puertas del mundo, de la aurora,
y el sol nace en tu vientre, donde encontró su nido.

El hijo fue primero sombra y ropa cosida
por tu corazón hondo desde tus hondas manos.
Con sombras y con ropas anticipó su vida,
con sombras y con ropas de gérmenes humanos.

Las sombras y las ropas sin población, desiertas,
se han poblado de un niño sonoro, un movimiento,
que en nuestra casa pone de par en par las puertas,
Y ocupa en ella a gritos el luminoso asiento.

¡Ay, la vida: qué hermoso penar tan moribundo!
Sombras y ropas trajo la del hijo que nombras.
Sombras y ropas llevan los hombres por el mundo.
Y todos dejan siempre sombras: ropas y sombras.

Hijo del alba eres, hijo del mediodía.
Y ha de quedar de ti luces en todo impuestas,
mientras tu madre y yo vamos a la agonía,
dormidos y despiertos con el amor a cuestas.

Hablo, y el corazón me sale en el aliento.
Si no hablara lo mucho que quiero me ahogaría.
Con espliego y resinas perfumo tu aposento.
Tú eres el alba, esposa. Yo soy el mediodía.

III

( Hijo de la luz y la sombra )

Tejidos en el alba, grabados, dos panales
no pueden detener la miel en los pezones.
Tus pechos en el alba: maternos manantiales,
luchan y se atropellan con blancas efusiones.

Se han desbordado, esposa, lunarmente tus venas,
hasta inundar la casa que tu sabor rezuma.
Y es como si brotaras de un pueblo de colmenas,
tú toda una colmena de leche con espuma.

Es como si tu sangre fuera dulzura toda,
laboriosas abejas filtradas por tus poros.
Oigo un clamor de leche, de inundación, de boda
junto a ti, recorrida por caudales sonoros.

Caudalosa mujer: en tu vientre me entierro.
Tu caudaloso vientre será mi sepultura.
Si quemaran mis huesos con la llama del hierro,
verían que grabada llevo allí tu figura.

Para siempre fundidos en el hijo quedamos:
fundidos como anhelan nuestras ansias voraces:
en un ramo de tiempo, de sangre, los dos ramos,
en un haz de caricias, de pelo, los dos haces.

Los muertos, con un fuego congelado que abrasa,
laten junto a los vivos de una manera terca.
Viene a ocupar el hijo los campos y la casa
que tú y yo abandonamos quedándonos muy cerca.

Haremos de este hijo generador sustento,
y hará de nuestra carne materia decisiva
donde asienten su alma, las manos y el aliento,
las hélices circulen, la agricultura viva.

Él hará que esta vida no caiga derribada,
pedazo desprendido de nuestros dos pedazos,
que de nuestras dos bocas hará una sola espada
y dos brazos eternos de nuestros cuatro brazos.

No te quiero en ti sola: te quiero en tu ascendencia
y en cuanto de tu vientre descenderá mañana.
Porque la especie humana me han dado por herencia,
la familia del hijo será la especie humana.

Con el amor a cuestas, dormidos y despiertos,
seguiremos besándonos en el hijo profundo.
Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
se besan los primeros pobladores del mundo.




pandeuropa

12 comentarios:

Paquita Pedros dijo...

Hola cielo que belleza de entrada me encanto el video de Joan Manuel Serrat precioso me gusto mucho
gracias cielo me alegro que te gusten mis poemas
un besazo

MI REVISTA dijo...

:D Lindo blog; me gustó la muñequita que aparece en la derecha
¿Cómo se llama ese tipo de aplicaciones?

Higorca Gómez Carrasco dijo...

Maravilla de las maravillas, poemas, sentimientos de un alma, de una vida que segaron sin darle tiempo a saborear lo que era el amor, lo que era ser padre, lo que era dejarse amar ¿Es malo saber algo más? ¿por eso segaron tantas vidas grandes? Nosotros levantaremos el monumento a esos maestros a esas almas llenas de sentimientos.
Besos amiga

pelusa dijo...

Gracias a las tres, Mi Revista, ni idea cómo se llama la muñequita, bueno son gadget, que están en bloogger, es fácil de obtener, si quieres te doy el código, a mí me la regalaron.

un abazo

Maite

Alma Mateos Taborda dijo...

Genialmente bello, cuánta beleza e intensidad juntas. Estupendo! Un abrazo.

Anónimo dijo...

"viene a ocupar el hijo los campos y la casa"..fuerte el texto.. me gustó mucho y este blog (que visito menos que el otro que tienes).. tiene buenas imágenes.. resulta entretenido.. te gustan mucho los gatos compañera?.. tal parece que sí!jaja.. cariños.. hasta prontito

pelusa dijo...

Gracias Alma tenerte por aquí también, POETA.

bsosss

Maite

miau!

pelusa dijo...

jajajaja, Ornella, mejor miau!

El poema dice mucho, ay Miguel Hernández y cantado por Joan Manuel Serrat, todo un lujo.

Me encanta que aparezcas por todo lo mío, y sí me encantan los gatos y perros.

cariños!

Maite

miau!

La Gata Coqueta dijo...

Aromas de lirios silvestres, y palabras en armonía con los colores de la primavera te acerco, para desearte un agradable fin de semana.

Dando paso dentro de breves horas, a la estación con mayor esplendor de todo el año.

Y la sosegada brisa
del valle que dormía
acerco a tu mejilla
un beso de despedida.

María del Carmen

Unknown dijo...

Miguel Hernandez que maravilla, que terrible su muerte....
Serrat mi amor platonico....ayyyyyy
Gracias por tu blog
un abrazo
sonia

pelusa dijo...

Gracias Sonia, y sé bienvenida, ya me caes bien, mi amor platónico también es Joan Manuel Serrat, puedo estar escuchando canciones suyas todo el día y es que no me canso, cada vez me gusta más y es tan grande y cercano... Pobriño que nos lo han vuelto a operar, espero que ya sea la última vez, que me da muchos sustos.

Un abrazo

Maite


miau!

MIGUEL NONAY dijo...

Precioso, que belleza de poema.


Me encanta la foto de la portada, que tierna¡¡¡


Besitos y feliz semana.

A Salto De Mata