sábado, 28 de abril de 2012



Antonio Gala - Soneto de la luna


La luna nos buscó desde su almena,
cantó la acequia, palpitó el olivo.
Mi corazón, intrépido y cautivo,
tendió las manos, fiel a tu cadena.

Qué sábanas de yerba y luna llena
envolvieron el acto decisivo.
Qué mediodía sudoroso y vivo
enjalbegó la noche de azucena.

Por las esquinas verdes del encuentro
las caricias, ansiosas, se perdían
como en una espesura, cuerpo adentro.

Dios y sus cosas nos reconocían.
De nuevo giró el mundo, y en su centro
dos bocas, una a otra, se bebían.



Kathara14

1 comentario:

Campanilla dijo...

Maite, gracias por Pelusa, su amigo y Gala. Ya estoy aquí de seguidora. Besos y feliz domingo.